A priori creemos que este dicho no es demasiado recomendable, pero en este caso, se nos antoja muy adecuado para hacer un homenaje a un producto del que pocas veces hablamos y que nos salva la vida, mejor dicho el evento, en más de una ocasión: LA CINTA DOBLE CARA.
Resulta que, en uno de los últimos eventos que hemos preparado, queríamos clavar unas chinchetas en una pared y aunque parece una tarea fácil cuando la pared se resiste… No somos muy de agujerear pero la pared y el espacio en esa ocasión lo requerían, probamos con varías técnicas (incluida el martillazo limpio) y materiales, pero finalmente la cinta doble cara es la que nos sacó del aprieto. Y, medio en broma, pensamos en este dicho.
A partir de esta anécdota, se nos ocurrió que aunque no hablemos de este material habitualmente, nos ayuda en muchas ocasiones, es más, suele hacer que los trabajos queden muy limpios y bien presentados, funciona con gran variedad de materiales, incluso podemos hacer celo decorado (Washi tape) casero con ella (prometemos algún tutorial sobre esto), se consigue facilmente, hay gran variedad de medidas, etc. Por todo esto y mucho más…
ESTE ES NUESTRO HOMENAJE A LA CINTA DOBLE CARA.
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